Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Corintios 14:1-13 verso por verso
Sigan el amor; y anhelen los dones espirituales, pero sobre todo, profeticen.
Porque el que habla en una lengua no habla a los hombres sino a Dios; porque nadie le entiende, pues en espíritu habla misterios.
En cambio, el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación.
El que habla en una lengua se edifica a sí mismo, mientras que el que profetiza edifica a la iglesia.
Así que, yo quisiera que todos ustedes hablaran en lenguas, pero más, que profetizaran; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete, para que la iglesia reciba edificación.
Ahora pues, hermanos, si yo fuera a ustedes hablando en lenguas, ¿de qué provecho les sería, si no les hablara con revelación, o con conocimiento, o con profecía, o con enseñanza?
Aun las cosas inanimadas como la flauta o el arpa, cuando producen sonido, si no hacen clara distinción de tonos, ¿cómo se sabrá lo que se toca con la flauta o se toca con el arpa?
También, si la trompeta produce un sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla?
Así también ustedes, si mediante la lengua no producen palabras comprensibles, ¿cómo se entenderá lo que se dice? Porque estarán hablando al aire.
Hay, por ejemplo, tanta diversidad de idiomas en el mundo; y ninguno carece de significado.
Por eso, si yo desconozco el significado del idioma, seré como extranjero al que habla, y el que habla será como extranjero para mí.
Así también ustedes; puesto que anhelan los dones espirituales, procuren abundar en ellos para la edificación de la iglesia.
Por eso, quien habla en una lengua, pida en oración poderla interpretar.