Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Corintios 15:1-18 verso por verso
Además, hermanos, les declaro el evangelio que les prediqué y que recibieron y en el cual también están firmes;
por el cual también son salvos, si lo retienen como yo se los he predicado. De otro modo, creyeron en vano.
Porque en primer lugar les he enseñado lo que también recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;
que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;
que apareció a Pedro y después a los doce.
Luego apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven todavía; y otros ya duermen.
Luego apareció a Jacobo, y después a todos los apóstoles.
Y al último de todos, como a uno nacido fuera de tiempo, me apareció a mí también.
Pues yo soy el más insignificante de los apóstoles, y no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios.
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no ha sido en vano. Más bien, he trabajado con afán más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios que ha sido conmigo.
Porque ya sea yo o sean ellos, así predicamos, y así han creído.
Ahora bien, si Cristo es predicado como que ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo es que algunos entre ustedes dicen que no hay resurrección de muertos?
Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo ha resucitado.
Y si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicación; vana también es la fe de ustedes.
Y aun somos hallados falsos testigos de Dios, porque hemos atestiguado de Dios que resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si se toma por sentado que los muertos no resucitan.
Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resucitado;
y si Cristo no ha resucitado, la fe de ustedes es inútil; todavía están en sus pecados.
En tal caso, también los que han dormido en Cristo han perecido.