Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Corintios 15:36-41 verso por verso
Necio, lo que tú siembras no llega a tener vida a menos que muera.
Y lo que siembras, no es el cuerpo que ha de salir, sino el mero grano, ya sea de trigo o de otra cosa.
Pero Dios le da un cuerpo como quiere, a cada semilla su propio cuerpo.
No toda carne es la misma carne; sino que una es la carne de los hombres, otra la carne de los animales, otra la de las aves y otra la de los peces.
También hay cuerpos celestiales y cuerpos terrenales. Pero de una clase es la gloria de los celestiales; y de otra, la de los terrenales.
Una es la gloria del sol, otra es la gloria de la luna y otra la gloria de las estrellas; porque una estrella es diferente de otra en gloria.