Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Corintios 15:42-54 verso por verso
Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción; se resucita en incorrupción.
Se siembra en deshonra; se resucita con gloria. Se siembra en debilidad; se resucita con poder.
Se siembra cuerpo natural; se resucita cuerpo espiritual. Hay cuerpo natural; también hay cuerpo espiritual.
Así también está escrito: el primer hombre Adán llegó a ser un alma viviente; y el postrer Adán, espíritu vivificante.
Pero lo espiritual no es primero, sino lo natural; luego lo espiritual.
El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre es celestial.
Como es el terrenal, así son también los terrenales; y como es el celestial, así son también los celestiales.
Y así como hemos llevado la imagen del terrenal, llevaremos también la imagen del celestial.
Y esto digo, hermanos, que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción heredar la incorrupción.
He aquí, les digo un misterio: No todos dormiremos, pero todos seremos transformados
en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final. Porque sonará la trompeta, y los muertos serán resucitados sin corrupción; y nosotros seremos transformados.
Porque es necesario que esto corruptible sea vestido de incorrupción, y que esto mortal sea vestido de inmortalidad.
Y cuando esto corruptible se vista de incorrupción y esto mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: ¡Sorbida es la muerte en victoria!