Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Corintios 3:4-17 verso por verso
Porque cuando uno dice: “Yo soy de Pablo”, mientras otro dice: “Yo soy de Apolos”, ¿no son carnales?
¿Qué, pues, es Apolos? ¿Y qué es Pablo? Solo siervos por medio de los cuales han creído; y a cada uno según el Señor le concedió.
Yo planté, Apolos regó; pero Dios dio el crecimiento.
Así que, ni el que planta es algo, ni el que riega; sino Dios, quien da el crecimiento.
El que planta y el que riega son una misma cosa, pero cada uno recibirá su recompensa conforme a su propia labor.
Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y ustedes son huerto de Dios, edificio de Dios.
Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, como perito arquitecto he puesto el fundamento, y otro está edificando encima. Pero cada uno mire cómo edifica encima,
porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
Si alguien edifica sobre este fundamento con oro, plata, piedras preciosas, madera, heno u hojarasca,
la obra de cada uno será evidente, pues el día la dejará manifiesta. Porque por el fuego será revelada; y a la obra de cada uno, sea la que sea, el fuego la probará.
Si permanece la obra que alguien ha edificado sobre el fundamento, él recibirá recompensa.
Si la obra de alguien es quemada, él sufrirá pérdida; aunque él mismo será salvo, pero apenas, como por fuego.
¿No saben que son templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en ustedes?
Si alguien destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque santo es el templo de Dios, el cual son ustedes.