Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Corintios 7:13-46 verso por verso
Y si alguna esposa tiene esposo no creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone.
Porque el esposo no creyente es santificado en la esposa, y la esposa no creyente en el creyente. De otra manera sus hijos serían impuros, pero ahora son santos.
Pero si el no creyente se separa, que se separe. En tal caso, el hermano o la hermana no han sido puestos bajo servidumbre, pues Dios los ha llamado a vivir en paz.
Porque, ¿cómo sabes, oh esposa, si quizás harás salvo a tu esposo? ¿O cómo sabes, oh esposo, si quizás harás salva a tu esposa?
Solamente que viva cada uno como el Señor le asignó, y tal como era cuando Dios lo llamó; así ordeno en todas las iglesias.
¿Fue llamado alguien ya circuncidado? No disimule su circuncisión. ¿Ha sido llamado alguien incircunciso? No se circuncide.
La circuncisión no es nada, y la incircuncisión no es nada; más bien, lo que vale es guardar los mandamientos de Dios.
Cada uno permanezca en la condición en que fue llamado.
¿Fuiste llamado siendo esclavo? No te preocupes; pero si puedes hacerte libre, por supuesto procúralo.
Porque el que en el Señor es llamado siendo esclavo, es hombre libre del Señor. De igual manera, también el que es llamado siendo libre, es esclavo del Señor.
Por precio fueron comprados; no se hagan esclavos de los hombres.
Hermanos, que cada uno se quede para con Dios en la condición en que fue llamado.
Pero con respecto a los que son solteros, no tengo mandamiento del Señor, aunque les doy mi parecer como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel.
Pues, a causa de la presente dificultad, bien me parece que al hombre le sea bueno quedarse como está.
¿Estás ligado a esposa? No procures desligarte. ¿Estás libre de esposa? No busques esposa.
Pero también, si te casas, no pecas; y si la soltera se casa, no peca; aunque aquellos que se casan tendrán aflicción en la carne, y yo quisiera evitársela.
Pero les digo esto, hermanos, que el tiempo se ha acortado. En cuanto al tiempo que queda, los que tienen esposas sean como si no las tuvieran;
los que lloran, como si no lloraran; los que se alegran, como si no se alegraran; los que compran, como si no poseyeran;
y los que disfrutan de este mundo, como si no disfrutaran de él. Porque el orden presente de este mundo está pasando.
Quisiera, pues, que estuviesen libres de ansiedad. El no casado se preocupa de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor;
pero el casado se preocupa de las cosas de la vida, de cómo ha de agradar a su esposa,
y su atención está dividida. La mujer no casada, o soltera, se preocupa de las cosas del Señor, a fin de ser consagrada tanto en cuerpo como en espíritu. En cambio, la casada tiene cuidado de las cosas de la vida, de cómo ha de agradar a su esposo.
Esto digo para su provecho; no para ponerles restricción, sino para que vivan honestamente, atendiendo al Señor sin impedimento.
Si alguien considera que su comportamiento es inadecuado hacia su virgen y si está en la flor de la edad y por eso siente obligación de casarse, puede hacer lo que quiere; no comete pecado. Cásense.
Pero el que está firme en su corazón, no teniendo necesidad, sino que tiene dominio sobre su propia voluntad y así ha determinado en su corazón conservársela virgen, hará bien.
De modo que el que se casa con su virgen hace bien; y de igual manera, el que no se casa hace mejor.
La esposa está ligada mientras viva su esposo. Pero si su esposo muere, está libre para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor.
Pero según mi opinión, más feliz será si permanece así. Y pienso que yo también tengo el Espíritu de Dios.