Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Crónicas 12:8-22 verso por verso
También de los de Gad se pasaron a David en la fortaleza en el desierto algunos guerreros valientes, hombres entrenados para la batalla, que manejaban el escudo y la lanza. Sus caras eran como caras de leones, y eran veloces como las gacelas sobre las montañas. Ellos eran:
Ezer el jefe, Abdías el segundo, Eliab el tercero,
Mismana el cuarto, Jeremías el quinto,
Atai el sexto, Eliel el séptimo,
Johanán el octavo, Elzabad el noveno,
Jeremías el décimo, y Macbanai el undécimo.
Estos fueron jefes del ejército de los hijos de Gad. El menor podía hacer frente a cien hombres; y el mayor, a mil.
Estos fueron los que cruzaron el Jordán en el mes primero, cuando se había desbordado sobre todas sus riberas; e hicieron huir a todos los de los valles al oriente y al occidente.
Asimismo, algunos de los hijos de Benjamín y de Judá fueron a David, a la fortaleza.
David salió a recibirlos y les habló diciendo: — Si han venido a mí con actitud pacífica y para ayudarme, estoy listo para tener alianza con ustedes. Pero si es para traicionarme a favor de mis enemigos, estando mis manos libres de violencia, que el Dios de nuestros padres lo vea y lo demande.
Entonces el Espíritu invistió a Amasai, jefe de los treinta, quien dijo: — ¡Por ti, oh David, y contigo, oh hijo de Isaí! ¡Paz! ¡Paz contigo, y paz con los que te ayudan, porque tu Dios también te ayuda! David los aceptó y los puso entre los jefes de la tropa.
También algunos de Manasés se pasaron a David, cuando este fue con los filisteos a la batalla contra Saúl. (Pero no les ayudaron, porque por consejo, los gobernantes de los filisteos lo despidieron, diciendo: “¡Con nuestras cabezas se pasará a su señor Saúl!”).
Así que, al volver a Siclag, se pasaron a él de los de Manasés: Adnaj, Jozabad, Yediael, Micael, Jozabad, Elihú y Ziletai, jefes de millares de Manasés.
Estos vinieron en ayuda de David contra la banda armada, porque todos eran hombres valientes. Y llegaron a ser jefes del ejército.
Porque día tras día llegaban a David para ayudarle, hasta que se hizo un gran ejército, como un ejército de Dios.