Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Crónicas 16:1-35 verso por verso
Así trajeron el arca de Dios y la colocaron en medio de la tienda que David había erigido para ella. Luego ofrecieron holocaustos y sacrificios de paz delante de Dios.
Cuando David acabó de ofrecer los holocaustos y los sacrificios de paz, bendijo al pueblo en el nombre del SEÑOR.
Entonces repartió a todos los de Israel, tanto a hombres como a mujeres, a cada uno una torta de pan, una de dátiles y una de pasas.
También puso delante del arca del SEÑOR a servidores de entre los levitas para que invocaran, dieran gracias y alabaran al SEÑOR Dios de Israel:
Asaf era el jefe; el segundo después de él era Zacarías; y luego Jeiel, Semiramot, Yejiel, Matatías, Eliab, Benaías, Obed-edom y Jeiel, con instrumentos, arpas y liras. Asaf tocaba los címbalos resonantes.
También los sacerdotes Benaías y Yajaziel tocaban continuamente las trompetas delante del arca del pacto de Dios.
Aquel mismo día, por primera vez, David ordenó cantar este salmo de acción de gracias al SEÑOR, por medio de Asaf y sus hermanos:
¡Den gracias al SEÑOR! ¡Invoquen su nombre! Den a conocer entre los pueblos sus hazañas.
Cántenle, cántenle salmos; hablen de todas sus maravillas.
Gloríense en su santo nombre; alégrese el corazón de los que buscan al SEÑOR.
Busquen al SEÑOR y su poder; busquen continuamente su rostro.
Acuérdense de las maravillas que ha hecho, de sus prodigios y de los juicios de su boca,
oh ustedes, descendientes de Israel, su siervo; hijos de Jacob, sus escogidos.
Él es el SEÑOR, nuestro Dios; en toda la tierra están sus juicios.
Acuérdense para siempre de su pacto — de la palabra que mandó para mil generaciones — ,
el cual hizo con Abraham, y de su juramento a Isaac.
Él lo confirmó a Jacob por estatuto, como pacto sempiterno a Israel,
diciendo: “A ti daré la tierra de Canaán, como la porción que poseerán”.
Cuando eran pocos en número, muy pocos y forasteros en ella;
cuando andaban de nación en nación y de un reino a otro pueblo,
no permitió que nadie los oprimiera; más bien, por causa de ellos castigó a reyes.
Dijo: “¡No toquen a mis ungidos ni hagan mal a mis profetas!”.
¡Canten al SEÑOR, toda la tierra! Anuncien de día en día su salvación.
Cuenten entre las naciones su gloria, entre todos los pueblos sus maravillas;
porque grande es el SEÑOR y digno de suprema alabanza. Él es temible sobre todos los dioses;
porque todos los dioses de los pueblos son ídolos, pero el SEÑOR hizo los cielos.
Gloria y esplendor hay delante de él; poder y alegría hay en su morada.
Den al SEÑOR, oh familias de pueblos, den al SEÑOR la gloria y el poder.
Den al SEÑOR la gloria debida a su nombre; traigan ofrendas y vengan ante su presencia; adoren al SEÑOR en la hermosura de la santidad,
tiemble ante su presencia toda la tierra. Ciertamente ha afirmado el mundo, y no será movido.
¡Alégrense los cielos, y gócese la tierra! Que digan entre las naciones: “¡El SEÑOR reina!”.
¡Ruja el mar y su plenitud! ¡Regocíjese el campo y todo lo que hay en él!
Entonces cantarán con júbilo los árboles del bosque delante del SEÑOR, porque él viene para juzgar la tierra.
¡Alaben al SEÑOR, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia!
Y digan: “¡Sálvanos, oh Dios de nuestra salvación! Reúnenos y líbranos de las naciones, para que confesemos tu santo nombre, para que nos gloriemos en tus alabanzas”.