Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Crónicas 16:8-36 verso por verso
¡Den gracias al SEÑOR! ¡Invoquen su nombre! Den a conocer entre los pueblos sus hazañas.
Cántenle, cántenle salmos; hablen de todas sus maravillas.
Gloríense en su santo nombre; alégrese el corazón de los que buscan al SEÑOR.
Busquen al SEÑOR y su poder; busquen continuamente su rostro.
Acuérdense de las maravillas que ha hecho, de sus prodigios y de los juicios de su boca,
oh ustedes, descendientes de Israel, su siervo; hijos de Jacob, sus escogidos.
Él es el SEÑOR, nuestro Dios; en toda la tierra están sus juicios.
Acuérdense para siempre de su pacto — de la palabra que mandó para mil generaciones — ,
el cual hizo con Abraham, y de su juramento a Isaac.
Él lo confirmó a Jacob por estatuto, como pacto sempiterno a Israel,
diciendo: “A ti daré la tierra de Canaán, como la porción que poseerán”.
Cuando eran pocos en número, muy pocos y forasteros en ella;
cuando andaban de nación en nación y de un reino a otro pueblo,
no permitió que nadie los oprimiera; más bien, por causa de ellos castigó a reyes.
Dijo: “¡No toquen a mis ungidos ni hagan mal a mis profetas!”.
¡Canten al SEÑOR, toda la tierra! Anuncien de día en día su salvación.
Cuenten entre las naciones su gloria, entre todos los pueblos sus maravillas;
porque grande es el SEÑOR y digno de suprema alabanza. Él es temible sobre todos los dioses;
porque todos los dioses de los pueblos son ídolos, pero el SEÑOR hizo los cielos.
Gloria y esplendor hay delante de él; poder y alegría hay en su morada.
Den al SEÑOR, oh familias de pueblos, den al SEÑOR la gloria y el poder.
Den al SEÑOR la gloria debida a su nombre; traigan ofrendas y vengan ante su presencia; adoren al SEÑOR en la hermosura de la santidad,
tiemble ante su presencia toda la tierra. Ciertamente ha afirmado el mundo, y no será movido.
¡Alégrense los cielos, y gócese la tierra! Que digan entre las naciones: “¡El SEÑOR reina!”.
¡Ruja el mar y su plenitud! ¡Regocíjese el campo y todo lo que hay en él!
Entonces cantarán con júbilo los árboles del bosque delante del SEÑOR, porque él viene para juzgar la tierra.
¡Alaben al SEÑOR, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia!
Y digan: “¡Sálvanos, oh Dios de nuestra salvación! Reúnenos y líbranos de las naciones, para que confesemos tu santo nombre, para que nos gloriemos en tus alabanzas”.
¡Bendito sea el SEÑOR Dios de Israel, desde la eternidad hasta la eternidad! Y todo el pueblo dijo: “¡ Amén!”. Y alabó al SEÑOR.