Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Crónicas 25:1-22 verso por verso
Asimismo, David y los jefes del ejército apartaron para el servicio a algunos de los hijos de Asaf, de Hemán y de Jedutún, quienes profetizaban con arpas, liras y címbalos. La lista de ellos, de los hombres que realizaban su servicio fue:
De los hijos de Asaf: Zacur, José, Netanías y Asarela. Los hijos de Asaf estaban bajo la dirección de Asaf, quien profetizaba bajo la dirección del rey.
De Jedutún, los hijos de Jedutún: Gedalías, Zeri, Jesaías, Simei, Hasabías y Matatías; seis en total. Ellos estaban bajo la dirección de su padre Jedutún, quien profetizaba acompañado de arpa para dar gracias y alabar al SEÑOR.
De Hemán, los hijos de Hemán: Buquías, Matanías, Uziel, Subael, Jeremot, Ananías, Hanani, Eliata, Gidalti, Romamti-ezer, Josbecasa, Maloti, Hotir y Majaziot.
Todos estos eran hijos de Hemán, vidente del rey, y tenían palabras de Dios, para ensalzar su poder. Dios dio a Hemán catorce hijos y tres hijas.
Todos estos, bajo la dirección de su padre, estaban dedicados a la música en la casa del SEÑOR con címbalos, liras y arpas, para el servicio de la casa de Dios. Y Asaf, Jedutún y Hemán estaban bajo la dirección del rey.
El número de ellos y de sus hermanos, expertos en la música dedicada al SEÑOR, todos maestros, era de doscientos ochenta y ocho.
Echaron suertes para establecer los turnos del servicio, participando tanto el pequeño como el grande, lo mismo el maestro que el alumno.
La primera suerte tocó a José, de los de Asaf. La segunda, a Gedalías que con sus hermanos y sus hijos eran doce.
La tercera, a Zacur que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
La cuarta, a Izri que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
La quinta, a Netanías que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
La sexta, a Buquías que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
La séptima, a Jesarela que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
La octava, a Jesaías que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
La novena, a Matanías que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
La décima, a Simei que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
La undécima, a Azareel que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
La duodécima, a Hasabías que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
La decimotercera, a Subael que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
La decimocuarta, a Matatías que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
La decimoquinta, a Jeremot que con sus hijos y sus hermanos eran doce.