Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Juan 3:9-62 verso por verso
Todo aquel que ha nacido de Dios no practica el pecado porque la simiente de Dios permanece en él, y no puede seguir pecando porque ha nacido de Dios.
En esto se revelan los hijos de Dios y los hijos del diablo: Todo aquel que no practica justicia no es de Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano.
Porque este es el mensaje que ustedes han oído desde el principio: que nos amemos los unos a los otros.
No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa lo mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano eran justas.
Y no se maravillen, hermanos, si el mundo los aborrece.
Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en muerte.
Todo aquel que odia a su hermano es homicida, y ustedes saben que ningún homicida tiene vida eterna permaneciendo en él.
En esto hemos conocido el amor: en que él puso su vida por nosotros. También nosotros debemos poner nuestra vida por los hermanos.
Pero el que tiene bienes de este mundo y ve que su hermano padece necesidad y le cierra su corazón, ¿cómo morará el amor de Dios en él?
Hijitos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y de verdad.
En esto sabremos que somos de la verdad y tendremos nuestro corazón confiado delante de él;
en caso de que nuestro corazón nos reprenda, mayor es Dios que nuestro corazón, y él conoce todas las cosas.
Amados, si nuestro corazón no nos reprende, tenemos confianza delante de Dios;
y cualquier cosa que pidamos la recibiremos de él porque guardamos sus mandamientos y hacemos las cosas que son agradables delante de él.
Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo y que nos amemos unos a otros, como él nos ha mandado.
Y el que guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. Y por esto sabemos que él permanece en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado.