Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Pedro 1:4-17 verso por verso
para una herencia incorruptible, incontaminable e inmarchitable reservada en los cielos para ustedes,
que son guardados por el poder de Dios mediante la fe para la salvación preparada para ser revelada en el tiempo final.
En esto se alegran, a pesar de que por ahora, si es necesario, estén afligidos momentáneamente por diversas pruebas,
para que la prueba de su fe — más preciosa que el oro que perece, aunque sea probado con fuego — sea hallada digna de alabanza, gloria y honra en la revelación de Jesucristo.
A él lo aman sin haberlo visto. En él creen y, aunque no lo vean ahora, creyendo en él se alegran con gozo inefable y glorioso,
obteniendo así el fin de su fe: la salvación de su vida.
Acerca de esta salvación han inquirido e investigado diligentemente los profetas que profetizaron de la gracia que fue destinada para ustedes.
Ellos escudriñaban para ver qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, quien predijo las aflicciones que habían de venir a Cristo y las glorias después de ellas.
A ellos les fue revelado que, no para sí mismos sino para ustedes, administraban las cosas que ahora les han sido anunciadas por los que les han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas que hasta los ángeles anhelan contemplar.
Por eso, con la mente preparada para actuar y siendo sobrios, pongan su esperanza completamente en la gracia que les es traída en la revelación de Jesucristo.
Como hijos obedientes, no se conformen a las pasiones que antes tenían estando en su ignorancia.
Antes bien, así como aquel que los ha llamado es santo, también sean santos ustedes en todo aspecto de su manera de vivir
porque escrito está: Sean santos porque yo soy santo.
Y si invocan como Padre a aquel que juzga según la obra de cada uno sin hacer distinción de personas, condúzcanse en temor todo el tiempo de su peregrinación.