Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Reyes 10:23-29 verso por verso
El rey Salomón superaba a todos los reyes de la tierra en riquezas y en sabiduría.
Y toda la tierra procuraba estar en la presencia de Salomón para oír la sabiduría que Dios había puesto en su corazón.
Año tras año cada uno de ellos le llevaba su presente: objetos de plata, objetos de oro, vestiduras, armas, perfumes, caballos y mulos.
Salomón también acumuló carros y jinetes. Tenía mil cuatrocientos carros y doce mil jinetes, que puso en las ciudades de los carros, y en Jerusalén junto al rey.
El rey hizo que la plata fuera tan común en Jerusalén como las piedras, y que el cedro fuera tan abundante como los sicómoros que hay en la Sefela.
Los caballos de Salomón provenían de Egipto y de Coa. Los mercaderes del rey los adquirían en Coa al contado.
Cada carro que era importado de Egipto costaba seis kilos y medio de plata; y cada caballo, un kilo y medio. Y así los exportaban por medio de ellos, a todos los reyes de los heteos y a los reyes de Siria.