Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Reyes 11:1-5 verso por verso
Pero el rey Salomón amó, además de la hija del faraón, a muchas otras mujeres extranjeras: moabitas, amonitas, edomitas, sidonias y heteas;
de los pueblos de los que el SEÑOR había dicho a los hijos de Israel: “No se unan a ellos ni ellos se unan a ustedes, no sea que hagan desviar sus corazones tras sus dioses”. A estas Salomón se apegó con amor.
Tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas. Y sus mujeres hicieron que se desviara su corazón.
Y sucedió que cuando Salomón era ya anciano, sus mujeres hicieron que su corazón se desviara tras otros dioses. Su corazón no fue íntegro para con el SEÑOR su Dios, como el corazón de su padre David.
Porque Salomón siguió a Astarte, diosa de los sidonios, y a Moloc, ídolo detestable de los amonitas.