Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Reyes 12:1-21 verso por verso
Entonces Roboam fue a Siquem, porque todo Israel había ido a Siquem para proclamarlo rey.
Y sucedió que cuando lo oyó Jeroboam hijo de Nabat (que aún estaba en Egipto, a donde había huido a causa del rey Salomón), Jeroboam volvió de Egiptoa.
Entonces mandaron a llamarlo y Jeroboam vino con toda la congregación de Israel, y hablaron a Roboam diciendo:
— Tu padre agravó nuestro yugo; pero ahora, alivia tú el duro trabajo y el pesado yugo que tu padre puso sobre nosotros, y te serviremos.
Él les dijo: — Váyanse, y vuelvan a mí dentro de tres días. El pueblo se fue.
Entonces el rey Roboam consultó a los ancianos que habían servido a su padre Salomón, cuando aún vivía, y preguntó: — ¿Cómo aconsejan ustedes que yo responda a este pueblo?
Y ellos le respondieron diciendo: — Si te constituyes hoy en servidor de este pueblo y les sirves, y al responderles les hablas buenas palabras, ellos serán tus siervos para siempre.
Pero él dejó de lado el consejo que le habían dado los ancianos, y consultó a los jóvenes que se habían criado con él y que estaban a su servicio.
Les preguntó: — ¿Qué aconsejan ustedes que respondamos a este pueblo que me ha hablado diciendo: “Alivia el yugo que tu padre puso sobre nosotros”?
Entonces los jóvenes que se habían criado con él le respondieron diciendo: — Así contestarás a este pueblo que ha hablado contigo diciendo: “Tu padre hizo pesado nuestro yugo; pero tú, hazlo más liviano sobre nosotros”; así les hablarás: “Mi dedo meñique es más grueso que los lomos de mi padre.
Ahora bien, mi padre cargó sobre ustedes un pesado yugo; pero yo añadiré a su yugo. Mi padre los castigó con látigos, pero yo los castigaré con escorpiones”.
Al tercer día vino Jeroboam con todo el pueblo a Roboam, como el rey había hablado diciendo: “Vuelvan a mí al tercer día”.
Entonces el rey respondió al pueblo con dureza, y dejó de lado el consejo que le habían dado los ancianos.
Les habló siguiendo el consejo de los jóvenes, diciendo: — Mi padre hizo pesado su yugo, pero yo añadiré a su yugo. Mi padre los castigó con látigos, pero yo los castigaré con escorpiones.
El rey no hizo caso del pueblo, porque esto estaba dispuesto de parte del SEÑOR, para que se cumpliera la palabra que había hablado a Jeroboam hijo de Nabat por medio de Ajías de Silo.
Y viendo todo Israel que el rey no les había hecho caso, el pueblo respondió al rey diciendo: — ¿Qué parte tenemos nosotros con David? ¡No tenemos herencia en el hijo de Isaí! ¡Israel, a tus moradas! ¡Mira ahora por tu propia casa, oh David! Entonces Israel se fue a sus moradas,
pero Roboam reinó sobre los hijos de Israel que habitaban en las ciudades de Judá.
Después el rey Roboam envió a Adoniram, que estaba a cargo del tributo laboral; pero todo Israel lo apedreó, y murió. Entonces el rey Roboam se apresuró a subir en un carro para huir a Jerusalén.
Así se rebeló Israel contra la casa de David, hasta el día de hoy.
Aconteció que al oír todo Israel que Jeroboam había vuelto, lo mandaron a llamar a la asamblea y lo hicieron rey de todo Israel. No quedó quien siguiera a la casa de David, sino solo la tribu de Judá.
Entonces Roboam llegó a Jerusalén y reunió a todos los de la casa de Judá y a la tribu de Benjamín, ciento ochenta mil guerreros escogidos, a fin de combatir contra la casa de Israel y devolver el reino a Roboam hijo de Salomón.