Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Reyes 14:1-8 verso por verso
En aquel tiempo Abías hijo de Jeroboam cayó enfermo,
y Jeroboam dijo a su mujer: — Por favor, levántate, disfrázate para que no reconozcan que eres la mujer de Jeroboam, y ve a Silo. He aquí que allá está el profeta Ajías, quien me dijo que yo iba a ser rey sobre este pueblo.
Toma contigo diez panes, galletas y un frasco de miel, y ve a él; él te dirá lo que ha de suceder al niño.
La mujer de Jeroboam lo hizo así. Se levantó, fue a Silo y llegó a la casa de Ajías. Ajías ya no podía ver, pues su vista se le había oscurecido a causa de su vejez.
Pero el SEÑOR había dicho a Ajías: — He aquí que la mujer de Jeroboam viene a consultarte acerca de su hijo que está enfermo. Así y así le has de responder, pues cuando ella venga fingirá ser una desconocida.
Y sucedió que cuando Ajías oyó el ruido de sus pasos, al entrar ella por la puerta, dijo: — Entra, mujer de Jeroboam. ¿Por qué finges ser una desconocida? Yo he sido enviado con malas noticias para ti.
Ve y di a Jeroboam que así ha dicho el SEÑOR Dios de Israel: “Pues bien, yo te levanté de en medio del pueblo y te hice el soberano de mi pueblo Israel;
arranqué el reino de la casa de David y te lo entregué a ti. Pero tú no has sido como mi siervo David, que guardó mis mandamientos y caminó en pos de mí con todo su corazón, haciendo solo lo recto ante mis ojos.