Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Reyes 18:40-46 verso por verso
Entonces Elías les dijo: — ¡Prendan a los profetas de Baal! ¡Que no escape ninguno de ellos! Los prendieron, y Elías los hizo descender al arroyo de Quisón, y allí los degolló.
Entonces Elías dijo a Acab: — Sube, come y bebe; porque se oye el ruido de una fuerte lluvia.
Acab subió para comer y beber. Entonces Elías subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra puso su rostro entre sus rodillas.
Luego dijo a su criado: — Sube, por favor, y mira hacia el mar. Él subió, miró y dijo: — No hay nada. Él le volvió a decir: — Vuelve siete veces.
A la séptima vez dijo: — He aquí, veo una pequeña nube, como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Entonces él dijo: — Ve y di a Acab: “Unce tu carro y desciende, no sea que te detenga la lluvia”.
Y aconteció que mientras tanto los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y cayó una fuerte lluvia. Acab subió al carro y fue a Jezreel;
pero la mano del SEÑOR estuvo sobre Elías, quien ciñó sus lomos y fue corriendo delante de Acab hasta la entrada de Jezreel.