Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Reyes 2:1-10 verso por verso
Cuando se acercaban los días de la muerte de David, mandó a su hijo Salomón diciendo:
“Yo me voy por el camino de todo el mundo. Tú, esfuérzate y sé hombre.
Guarda lo que el SEÑOR tu Dios te ha encomendado, para andar en sus caminos y guardar sus estatutos, sus mandamientos, sus decretos y sus testimonios, como está escrito en la ley de Moisés, para que tengas éxito en todo lo que hagas y en todo lo que emprendasb;
a fin de que el SEÑOR cumpla su promesa que hizo acerca de míc, diciendo: ‘Si tus hijos guardan sus caminos andando delante de mí con fidelidad, con todo su corazón y con toda su alma, jamás te faltará un hombre sobre el trono de Israel’.
“También tú sabes lo que me hizo Joab, hijo de Sarvia: lo que hizo a dos jefes del ejército de Israel, a Abner hijo de Ner y a Amasa hijo de Jeter, a quienes mató derramando sangre de guerra en tiempo de paz y poniendo sangre de guerra en el cinturón que llevaba sobre sus lomos y en el calzado que tenía en sus pies.
Tú harás conforme a tu sabiduría; no dejarás que sus canas desciendan en paz al Seol.
“Pero mostrarás benevolencia a los hijos de Barzilai el galaadita. Que ellos estén entre los que comen a tu mesa, porque se pusieron a mi lado cuando yo iba huyendo de tu hermano Absalón.
“He aquí, tienes contigo a Simei hijo de Gera, el benjaminita de Bajurim, quien me maldijo con una cruel maldición el día que yo iba a Majanaim. Pero cuando él mismo descendió a recibirme al Jordán, le juré por el SEÑOR diciendo: ‘No te mataré a espada’.
Pero ahora no lo absolverás. Puesto que tú eres un hombre sabio, sabrás lo que debes hacer con él; harás descender sus canas con sangre al Seol”.
Entonces David reposó con sus padres y fue sepultado en la Ciudad de David.