Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Reyes 21:1-24 verso por verso
Pasadas estas cosas aconteció que Nabot de Jezreel tenía una viña en Jezreel, junto al palacio de Acab, rey de Samaria.
Y Acab habló a Nabot diciendo: — Dame tu viña para que me sirva como huerto de verduras, porque está junto a mi casa, y yo te daré por ella otra viña mejor que esta. O si te parece mejor, te pagaré su precio en dinero.
Nabot respondió a Acab: — ¡Guárdeme el SEÑOR de darte la heredad de mis padres!
Acab se fue a su casa decaído y enfadado por las palabras que le había respondido Nabot de Jezreel, quien le había dicho: “No te daré la heredad de mis padres”. Se acostó en su cama, volvió su cara y no tomó alimentos.
Jezabel, su mujer, fue a él y le preguntó: — ¿Por qué está decaído tu espíritu y no tomas alimentos?
Y él le respondió: — Porque hablé con Nabot de Jezreel y le dije: “Dame tu viña por dinero; o si te parece mejor, te daré otra viña por ella”. Y él respondió: “No te daré mi viña”.
Su mujer Jezabel le dijo: — ¿Tú actúas ahora como rey sobre Israel? ¡Levántate, toma alimentos y alégrese tu corazón! ¡Yo te daré la viña de Nabot de Jezreel!
Entonces ella escribió cartas en nombre de Acab, las selló con su anillo y las envió a los ancianos y principales que habitaban en su ciudad con Nabot.
Las cartas que escribió decían así: Proclamen ayuno y hagan que Nabot se siente frente al pueblo.
Hagan que se sienten frente a él dos hombres perversos para que testifiquen contra él diciendo: “¡Tú has maldecido a Dios y al rey!”. Entonces sáquenlo y apedréenlo, y que muera.
Los hombres de su ciudad, los ancianos y los principales que vivían en su ciudad hicieron como les mandó Jezabel. Conforme a lo escrito en las cartas que ella había enviado,
proclamaron ayuno e hicieron sentar a Nabot frente al pueblo.
Luego vinieron los dos hombres perversos y se sentaron frente a él. Y estos hombres perversos dieron testimonio contra Nabot frente al pueblo, diciendo: — Nabot ha maldecido a Dios y al rey. Lo sacaron de la ciudad y lo apedrearon, y murió.
Después enviaron a decir a Jezabel: “Nabot ha sido apedreado y ha muerto”.
Sucedió que cuando Jezabel oyó que Nabot había sido apedreado y que había muerto, Jezabel dijo a Acab: — Levántate y toma posesión de la viña de Nabot de Jezreel, quien no te la quiso dar por dinero. Nabot ya no vive; ha muerto.
Y sucedió que cuando Acab oyó que Nabot había muerto, se levantó Acab para descender a la viña de Nabot de Jezreel a fin de tomar posesión de ella.
Aconteció que vino la palabra del SEÑOR a Elías el tisbita, diciendo:
— Levántate, desciende al encuentro de Acab, rey de Israel, que reside en Samaria. He aquí que está en la viña de Nabot, a donde ha descendido para tomar posesión de ella.
Le hablarás diciendo: “Así ha dicho el SEÑOR: ‘¿Has asesinado y también has tomado posesión?’”. Luego le hablarás diciendo: “Así ha dicho el SEÑOR: ‘En el lugar donde los perros lamieron la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, tu misma sangre’”.
Acab dijo a Elías: — ¿Así que me has encontrado, enemigo mío? Él respondió: — Te he encontrado, porque te has vendido para hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR.
Así dice el SEÑOR: “He aquí, yo traeré el mal sobre ti y te barreré por completo. Eliminaré de Acab a todo varón en Israel, tanto al esclavo como al libre.
Yo haré a los de tu casa como a los de la casa de Jeroboam hijo de Nabat y a los de la casa de Baasa hijo de Ajías, por la provocación con que me has provocado a ira y con que has hecho pecar a Israel”.
También de Jezabel ha hablado el SEÑOR diciendo: “Los perros comerán a Jezabel en la parcela de Jezreel.
Al que de Acab muera en la ciudad, lo comerán los perros; y al que muera en el campo, lo comerán las aves del cielo”.