Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Reyes 22:30-38 verso por verso
El rey de Israel dijo a Josafat: — Yo me disfrazaré y entraré en la batalla; pero tú, vístete con tus vestiduras. Entonces el rey de Israel se disfrazó y entró en la batalla.
Ahora bien, el rey de Siria había mandado a sus treinta y dos jefes de los carros que tenía, diciendo: “No luchen contra chico ni contra grande, sino solo contra el rey de Israel”.
Y sucedió que cuando los jefes de los carros vieron a Josafat, dijeron: — ¡Ciertamente este es el rey de Israel! Entonces se dirigieron hacia él para atacarlo pero Josafat gritó.
Y sucedió que al ver los jefes de los carros que no era el rey de Israel, se apartaron de él.
Entonces un hombre tiró con su arco a la ventura e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura y la coraza. Y él dijo al que guiaba su carro: — ¡Da la vuelta y sácame de la batalla, porque he sido herido!
La batalla arreció aquel día, y el rey fue sostenido en pie en el carro, frente a los sirios. Y murió al atardecer. La sangre de la herida corría hasta el fondo del carro.
A la puesta del sol salió una proclama por todo el campamento, diciendo: — ¡Cada uno a su ciudad! ¡Cada uno a su tierra!
Murió, pues, el rey y fue llevado a Samaria; luego sepultaron al rey en Samaria.
Lavaron el carro junto al estanque de Samaria (donde las prostitutas se lavaban), mientras los perros lamían su sangre, conforme a la palabra que el SEÑOR había hablado.