Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Reyes 22:8-13 verso por verso
El rey de Israel respondió a Josafat: — Todavía hay un hombre por medio del cual podríamos consultar al SEÑOR; pero yo lo aborrezco, porque no me profetiza el bien, sino el mal. Es Micaías hijo de Imla. Josafat respondió: — No hable así el rey.
Entonces el rey de Israel llamó a un funcionario y le dijo: — Trae pronto a Micaías hijo de Imla.
El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, vestidos con sus vestiduras reales, estaban sentados, cada uno en su trono, en la era a la entrada de la puerta de Samaria; y todos los profetas profetizaban delante de ellos.
Sedequías hijo de Quenaana se había hecho unos cuernos de hierro y decía: — Así ha dicho el SEÑOR: “¡Con estos embestirás a los sirios, hasta acabar con ellos!”.
Y todos los profetas profetizaban de la misma manera, diciendo: — Sube a Ramot de Galaad y triunfa, porque el SEÑOR la entregará en mano del rey.
El mensajero que había ido a llamar a Micaías le habló diciendo: — He aquí, las palabras de los profetas unánimamente anuncian el bien al rey. Sea, pues, tu palabra como la de uno de ellos, y anuncia el bien.