Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Reyes 8:12-29 verso por verso
Entonces Salomón dijo: “El SEÑOR ha dicho que él habita en la densa oscuridad.
Ciertamente te he edificado una casa sublime, una morada donde habites para siempre”.
El rey se volvió y bendijo a toda la congregación de Israel. Y toda la congregación de Israel estaba de pie.
Entonces dijo: “Bendito sea el SEÑOR Dios de Israel, quien con su mano ha cumplido lo que con su boca prometió a mi padre David, diciendo:
‘Desde el día en que saqué a mi pueblo Israel de Egipto, no había elegido ninguna ciudad de todas las tribus de Israel para edificar una casa donde estuviera mi nombre. Pero elegí a David para que estuviera al frente de mi pueblo Israel’.
“Estuvo en el corazón de mi padre David el anhelo de edificar una casa al nombre del SEÑOR Dios de Israel.
Pero el SEÑOR dijo a mi padre David: ‘Por cuanto ha estado en tu corazón el anhelo de edificar una casa a mi nombre, has hecho bien en tener esto en tu corazón.
Sin embargo, tú no edificarás la casa, sino tu hijo que te nacerá, él edificará la casa a mi nombre’.
“El SEÑOR ha cumplido su promesa que había hecho, y yo me he levantado en lugar de mi padre David. Me he sentado en el trono de Israel, como el SEÑOR había prometido, y he edificado la casa al nombre del SEÑOR Dios de Israel.
Y he dispuesto allí un lugar para el arca, en la cual está el pacto del SEÑOR que él hizo con nuestros padres cuando los sacó de la tierra de Egipto”.
Entonces Salomón se puso de pie delante del altar del SEÑOR, frente a toda la congregación de Israel, y extendió sus manos al cielo.
Y dijo: “¡Oh SEÑOR Dios de Israel, no hay Dios como tú ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra! Tú guardas el pacto y la misericordia para con tus siervos que caminan delante de ti con todo su corazón.
Tú has cumplido con tu siervo David, mi padre, lo que le prometiste. Con tu boca lo prometiste, y con tu mano lo has cumplido, como sucede en este día.
Ahora pues, oh SEÑOR Dios de Israel, cumple con tu siervo David, mi padre, lo que le prometiste diciendo: ‘No te faltará delante de mí un hombre que se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden su camino para andar delante de mí, como tú has andado delante de mí’.
Ahora pues, oh Dios de Israel, sea confirmada tu palabra que hablaste a tu siervo David, mi padre.
“Pero, ¿es verdad que Dios ha de habitar sobre la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener. ¡Cuánto menos este templo que he edificado!
Sin embargo, oh SEÑOR, Dios mío, vuélvete hacia la oración y la plegaria de tu siervo, para oír el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de ti.
Estén abiertos tus ojos de noche y de día hacia este templo, hacia el lugar del cual has dicho: ‘Allí estará mi nombre’, para escuchar la oración que tu siervo haga hacia este lugar.