Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Samuel 10:7-16 verso por verso
»Y sucederá que cuando te hayan acontecido estas señales, haz lo que te venga a mano, porque Dios está contigo.
Después descenderás antes que yo a Gilgal. Y he aquí que yo descenderé hacia ti para ofrecer holocaustos y sacrificios de paz. Espera siete días hasta que yo vaya a ti y te indique lo que has de hacer.
Aconteció que cuando Saúl volvió la espalda para apartarse de Samuel, Dios le transformó el corazón; y todas estas señales se cumplieron aquel día.
Cuando llegaron a la colina, he aquí que un grupo de profetas venía a su encuentro. Y el Espíritu de Dios descendió sobre él con poder, y él profetizó en medio de ellos.
Sucedió que cuando todos los que lo conocían antes vieron cómo profetizaba en medio de los profetas, los del pueblo se decían unos a otros: — ¿Qué le ha pasado al hijo de Quis? ¿También está Saúl entre los profetas?
Un hombre de allí respondió diciendo: — ¿Y quién es el padre de ellos? Así, pues, se originó el refrán: “¿También está Saúl entre los profetas?”.
Saúl cesó de profetizar y llegó al lugar alto.
Y un tío de Saúl les preguntó a él y a su criado: — ¿A dónde fueron? Él respondió: — Fuimos a buscar las asnas; y como vimos que no aparecían, acudimos a Samuel.
El tío de Saúl dijo: — Declárame, por favor, qué les ha dicho Samuel.
Y Saúl respondió a su tío: — Nos declaró expresamente que las asnas habían sido halladas. Pero del asunto del reino, no le declaró nada de lo que Samuel le había hablado.