Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Samuel 15:13-23 verso por verso
Samuel vino a Saúl, y Saúl le dijo: — ¡El SEÑOR te bendiga! He cumplido la palabra del SEÑOR.
Samuel preguntó: — Entonces, ¿qué es ese balido de ovejas en mis oídos y el mugido de vacas que oigo?
Saúl respondió: — Las han traído de Amalec. El pueblo perdonó la vida a lo mejor de las ovejas y de las vacas, para ofrecerlas en sacrificio al SEÑOR tu Dios. Pero lo demás lo destruimos.
Entonces Samuel dijo a Saúl: — Déjame declararte lo que el SEÑOR me dijo anoche: Saúl le dijo: — Decláralo.
Samuel dijo: — Aunque eras insignificante ante tus propios ojos, ¿no fuiste hecho cabeza de las tribus de Israel? ¿No te ha ungido el SEÑOR como rey sobre Israel?
El SEÑOR te ha encomendado una misión y te ha dicho: “Ve y destruye completamente a esos pecadores de Amalec. Hazles la guerra hasta que los extermines”.
¿Por qué, pues, no has obedecido la voz del SEÑOR? ¿Por qué te lanzaste sobre el botín e hiciste lo malo ante los ojos del SEÑOR?
Saúl respondió a Samuel: — He obedecido la voz del SEÑOR y fui a la misión que el SEÑOR me encomendó. He traído a Agag, rey de Amalec, y he destruido completamente a los amalequitas.
Pero el pueblo tomó del botín ovejas y vacas, lo mejor del anatema, para sacrificarlas al SEÑOR tu Dios en Gilgal.
Entonces Samuel preguntó: — ¿Se complace tanto el SEÑOR en los holocaustos y en los sacrificios como en que la palabra del SEÑOR sea obedecida? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención es mejor que el sebo de los carneros.
Porque la rebeldía es como el pecado de adivinación, y la obstinación es como la iniquidad de la idolatría. Por cuanto tú has desechado la palabra del SEÑOR, él también te ha desechado a ti, para que no seas rey.