Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Samuel 15:24-35 verso por verso
Entonces Saúl dijo a Samuel: — Yo he pecado; porque he quebrantado el mandamiento del SEÑOR y tus palabras, temiendo al pueblo y accediendo a su voz. Perdona, pues, mi pecado,
y vuelve conmigo para que yo adore al SEÑOR.
Pero Samuel respondió a Saúl: — No volveré contigo, porque has desechado la palabra del SEÑOR, y el SEÑOR te ha desechado a ti, para que no seas rey sobre Israel.
Cuando Samuel se volvió para irse, Saúl se agarró del extremo de su manto, el cual se rasgó.
Samuel le dijo: — El SEÑOR ha rasgado hoy de ti el reino de Israel y lo ha dado a tu prójimo, que es mejor que tú.
Además, la Gloria de Israel no mentirá ni se arrepentirá, porque él no es hombre para que se arrepienta.
Y Saúl respondió: — Yo he pecado; pero ahora hónrame, por favor, en presencia de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel, volviendo conmigo para que yo adore al SEÑOR tu Dios.
Entonces Samuel volvió tras Saúl, y Saúl adoró al SEÑOR.
Después Samuel dijo: — ¡Tráeme a Agag, rey de Amalec! Agag vino a él alegremente, pensando: “Ciertamente ya ha pasado la amargura de la muerte”.
Pero Samuel dijo: — ¡Así como tu espada dejó sin hijos a las mujeres, así tu madre quedará sin hijo entre las mujeres! Entonces Samuel descuartizó a Agag delante del SEÑOR, en Gilgal.
Después Samuel se fue a Ramá, y Saúl subió a su casa en Gabaa de Saúl.
Hasta el día de su muerte Samuel no volvió a ver a Saúl, pero Samuel lloraba por Saúl. Y al SEÑOR le pesaba el haber constituido a Saúl como rey sobre Israel.