Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Samuel 15:8-20 verso por verso
Capturó vivo a Agag, rey de Amalec, y destruyó a filo de espada a todo el pueblo.
Sin embargo, Saúl y el pueblo perdonaron la vida a Agag, a lo mejor de las ovejas y de las vacas, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, lo cual no quisieron destruir. Pero destruyeron todo lo despreciable y sin valor.
Entonces el SEÑOR habló a Samuel diciendo:
— Me pesa haber puesto a Saúl como rey, porque se ha apartado de mí y no ha cumplido mis palabras. Samuel se apesadumbró y clamó al SEÑOR toda aquella noche.
Samuel madrugó para ir a encontrarse con Saúl por la mañana, y le avisaron a Samuel diciendo: — Saúl se fue a Carmel, y he aquí que se erigió un monumento. Cuando volvió, prosiguió y descendió a Gilgal.
Samuel vino a Saúl, y Saúl le dijo: — ¡El SEÑOR te bendiga! He cumplido la palabra del SEÑOR.
Samuel preguntó: — Entonces, ¿qué es ese balido de ovejas en mis oídos y el mugido de vacas que oigo?
Saúl respondió: — Las han traído de Amalec. El pueblo perdonó la vida a lo mejor de las ovejas y de las vacas, para ofrecerlas en sacrificio al SEÑOR tu Dios. Pero lo demás lo destruimos.
Entonces Samuel dijo a Saúl: — Déjame declararte lo que el SEÑOR me dijo anoche: Saúl le dijo: — Decláralo.
Samuel dijo: — Aunque eras insignificante ante tus propios ojos, ¿no fuiste hecho cabeza de las tribus de Israel? ¿No te ha ungido el SEÑOR como rey sobre Israel?
El SEÑOR te ha encomendado una misión y te ha dicho: “Ve y destruye completamente a esos pecadores de Amalec. Hazles la guerra hasta que los extermines”.
¿Por qué, pues, no has obedecido la voz del SEÑOR? ¿Por qué te lanzaste sobre el botín e hiciste lo malo ante los ojos del SEÑOR?
Saúl respondió a Samuel: — He obedecido la voz del SEÑOR y fui a la misión que el SEÑOR me encomendó. He traído a Agag, rey de Amalec, y he destruido completamente a los amalequitas.