Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Samuel 17:31-39 verso por verso
Las palabras que David había dicho fueron oídas y le fueron referidas a Saúl, quien lo hizo venir.
Y David dijo a Saúl: — No desmaye el corazón de nadie a causa de él. Tu siervo irá y luchará contra ese filisteo.
Saúl dijo a David: — Tú no podrás ir contra ese filisteo para luchar contra él; porque tú eres un muchacho, y él es un hombre de guerra desde su juventud.
David respondió a Saúl: — Tu siervo ha sido pastor de las ovejas de su padre. Y cuando venía un león o un oso y tomaba alguna oveja del rebaño,
yo salía tras él, lo hería y la rescataba de su boca. Si se levantaba contra mí, yo lo agarraba por la melena, lo hería y lo mataba.
Fuera león o fuera oso, tu siervo lo mataba. Ese filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha desafiado a los escuadrones del Dios viviente.
— Y David añadió — : ¡El SEÑOR, quien me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él me librará de la mano de ese filisteo! Y Saúl dijo a David: — ¡Ve, y que el SEÑOR sea contigo!
Saúl vistió a David con su propia armadura. Le puso un casco de bronce sobre su cabeza y lo vistió con una cota de malla.
Luego David se ciñó la espada de él sobre su ropa e intentó andar, porque no estaba acostumbrado. Entonces David dijo a Saúl: — Yo no puedo andar con esto, porque no estoy acostumbrado. David se quitó de encima aquellas cosas.