Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Samuel 23:14-24 verso por verso
David se quedó en el desierto, en los lugares de difícil acceso; se quedó en las montañas del desierto de Zif. Saúl lo buscaba todos los días, pero Dios no lo entregó en su mano.
Y David, al ver que Saúl había salido en asecho de su vida, se quedó en Hores, en el desierto de Zif.
Entonces Jonatán hijo de Saúl se levantó y fue a David en Hores, y lo fortaleció en Dios.
Le dijo: — No temas, porque la mano de mi padre Saúl no te encontrará. Tú reinarás sobre Israel, y yo seré segundo después de ti. Aun Saúl mi padre lo sabe.
Ambos hicieron un pacto ante el SEÑOR. Después David se quedó en Hores, y Jonatán se volvió a su casa.
Los de Zif subieron a decir a Saúl, en Gabaa: — ¿No está David escondido entre nosotros, en los lugares de difícil acceso de Hores, en la colina de Haquila, que está al sur de Jesimón?
Ahora, oh rey, desciende pronto, conforme a todo el deseo de tu alma, y nosotros lo entregaremos en mano del rey.
Y Saúl dijo: — El SEÑOR los bendiga, porque han tenido compasión de mí.
Por favor, vayan y asegúrense bien. Averigüen y vean el lugar por donde anda y quién lo ha visto allí, porque me han dicho que él es sumamente astuto.
Miren y reconozcan todos los escondrijos en donde se oculta. Luego vuelvan a mí con información exacta, y yo iré con ustedes. Si él está en la zona, yo lo buscaré entre todos los millares de Judá.
Ellos se levantaron y se fueron a Zif, antes que Saúl. Pero David y sus hombres ya estaban en el desierto de Maón, en el Arabá, al sur de Jesimón.