Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Samuel 25:36-44 verso por verso
Abigaíl regresó a Nabal. Y he aquí que él tenía un banquete en su casa, como el banquete de un rey, y el corazón de Nabal estaba eufórico. Él estaba muy ebrio, por lo cual ella no le reveló nada del asunto hasta el día siguiente.
Pero por la mañana, cuando a Nabal se le había pasado el efecto del vino, su mujer le contó estas cosas. Entonces se le paralizó el corazón, y se quedó como una piedra.
Y sucedió, después de unos diez días, que el SEÑOR hirió a Nabal, y él murió.
Cuando David oyó que Nabal había muerto, dijo: — ¡Bendito sea el SEÑOR, que juzgó la causa de mi afrenta recibida de parte de Nabal y ha preservado a su siervo del mal! ¡El SEÑOR mismo ha hecho caer la maldad de Nabal sobre su propia cabeza!
Los siervos de David fueron a Abigaíl, a Carmel, y hablaron con ella diciendo: — David nos ha enviado a ti para tomarte por mujer para él.
Ella se levantó y se postró con el rostro a tierra, diciendo: — He aquí tu sierva, para que sea la sierva que lave los pies de los siervos de mi señor.
Entonces Abigaíl se apresuró y levantándose montó sobre un asno; y con las cinco criadas que la atendían, siguió a los mensajeros de David. Y vino a ser su mujer.
David también tomó como mujer a Ajinoam, de Jezreel. Ambas fueron sus mujeres,
pues Saúl había dado a su hija Mical, mujer de David, a Palti hijo de Lais, que era de Galim.