Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Samuel 26:12-16 verso por verso
David tomó la lanza y la cantimplora de agua de la cabecera de Saúl, y ellos se fueron. No hubo nadie que viera ni nadie que se diera cuenta ni nadie que se despertara. Todos dormían, porque había caído sobre ellos un profundo sueño de parte del SEÑOR. z
David pasó al otro lado y se detuvo a lo lejos, sobre la cumbre de la colina. Había una considerable distancia entre ellos.
Y David gritó al pueblo y a Abner hijo de Ner, diciendo: — ¿No respondes, Abner? Abner respondió y dijo: — ¿Quién eres tú, que gritas al rey?
David preguntó a Abner: — ¿No eres tú un hombre? ¿Quién hay como tú en Israel? ¿Por qué, pues, no has protegido al rey, tu señor? Porque uno del pueblo entró para destruir al rey, tu señor.
Esto que has hecho no está bien. ¡Vive el SEÑOR, que son dignos de muerte, porque no han guardado a su señor, el ungido del SEÑOR! Ahora, mira dónde está la lanza del rey y la cantimplora de agua que estaba a su cabecera.