Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Samuel 26:2-9 verso por verso
Saúl se levantó y descendió al desierto de Zif, acompañado por tres mil hombres escogidos de Israel, para buscar a David en el desierto de Zif.
Y Saúl acampó en la colina de Haquila, que mira hacia Jesimón, junto al camino. David, que permanecía en el desierto, vio que Saúl había venido al desierto tras él.
Luego David envió espías y supo con certeza que Saúl había venido.
Después David se levantó y se fue al lugar donde Saúl había acampado. Entonces David observó bien el lugar donde estaban acostados Saúl y Abner hijo de Ner, jefe de su ejército. Saúl estaba acostado en el centro del campamento, y la gente estaba acampada alrededor de él.
David preguntó a Ajimelec el heteo y a Abisai, hijo de Sarvia, hermano de Joab, diciendo: — ¿Quién descenderá conmigo al campamento, a Saúl? Y Abisai dijo: — Yo descenderé contigo.
Entonces David y Abisai fueron de noche a la gente de guerra, y he aquí que Saúl estaba acostado, durmiendo en el centro del campamento, con su lanza clavada en la tierra, a su cabecera. Abner y el pueblo estaban acostados alrededor de él.
Entonces Abisai dijo a David: — ¡Hoy ha entregado Dios a tu enemigo en tu mano! Ahora pues, déjame que lo hiera con la lanza. Lo clavaré en la tierra de un solo golpe, y no tendré que darle un segundo.
David respondió a Abisai: — No lo mates, porque ¿quién extenderá su mano contra el ungido del SEÑOR y quedará sin culpa?