Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Samuel 28:20-25 verso por verso
Entonces Saúl cayó en tierra, tan largo como era, y tuvo gran temor por las palabras de Samuel. No le quedaban fuerzas, pues no había comido nada en todo el día ni en toda la noche.
Luego la mujer vino a Saúl; y al verlo tan aterrorizado, le dijo: — He aquí que tu sierva ha obedecido tu voz. He arriesgado mi vida y he escuchado las palabras que me has hablado.
Ahora pues, te ruego que tú también escuches la voz de tu sierva: Permíteme poner delante de ti un pedazo de pan, a fin de que comas y recuperes fuerzas para seguir tu camino.
Él rehusó diciendo: — No comeré. Pero sus servidores, junto con la mujer, le insistieron; y él los escuchó. Luego se levantó del suelo y se sentó sobre la cama.
La mujer tenía en la casa un ternero engordado, y se apresuró a matarlo. Luego tomó harina, la amasó y coció con ella panes sin levadura.
Los puso delante de Saúl y de sus servidores. Después que comieron, se levantaron y partieron aquella misma noche.