Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Samuel 7:1-9 verso por verso
Los hombres de Quiriat-jearim vinieron, subieron el arca del SEÑOR y la llevaron a la casa de Abinadab, en la colina. Luego consagraron a su hijo Eleazar para que guardara el arca del SEÑOR.
Aconteció que desde el día en que el arca llegó a Quiriat-jearim, pasó mucho tiempo, unos veinte años; y toda la casa de Israel gemía por el SEÑOR.
Entonces Samuel habló a toda la casa de Israel, diciendo: — Si de todo su corazón se vuelven al SEÑOR, quiten de en medio de ustedes los dioses extraños y las Astartes, y preparen su corazón para el SEÑOR. Sírvanle solo a él, y él los librará de mano de los filisteos.
Entonces los hijos de Israel quitaron los Baales y las Astartes, y sirvieron solo al SEÑOR.
Y Samuel dijo: — Reúnan a todo Israel en Mizpa, y yo oraré por ustedes al SEÑOR.
Se reunieron en Mizpa, sacaron agua y la vertieron delante del SEÑOR. Aquel día ayunaron allí y dijeron: — Hemos pecado contra el SEÑOR. Y Samuel juzgaba a los hijos de Israel en Mizpa.
Cuando los filisteos oyeron que los hijos de Israel se habían reunido en Mizpa, los gobernantes de ellos subieron contra Israel. Al oír esto, los hijos de Israel tuvieron temor de los filisteos.
Y los hijos de Israel dijeron a Samuel: — No ceses de clamar por nosotros al SEÑOR nuestro Dios, para que nos guarde de la mano de los filisteos.
Entonces Samuel tomó un cordero de leche y lo ofreció entero al SEÑOR, como holocausto. Samuel clamó al SEÑOR por Israel, y el SEÑOR lo escuchó.