Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Tesalonicenses 2:3-5 verso por verso
Pues nuestra exhortación no procedía de error ni de motivos impuros ni fue con engaño.
Más bien, según fuimos aprobados por Dios para ser encomendados con el evangelio, así hablamos; no como quienes buscan agradar a los hombres sino a Dios quien examina nuestro corazón.
Porque, como saben, nunca usamos palabras lisonjeras ni tampoco palabras como pretexto para la avaricia; Dios es testigo.