Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Timoteo 1:12-54 verso por verso
Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel al ponerme en el ministerio
a pesar de que antes fui blasfemo, perseguidor e insolente. Sin embargo, recibí misericordia porque, siendo ignorante, lo hice en incredulidad.
Pero la gracia de nuestro Señor fue más que abundante con la fe y el amor que hay en Cristo Jesús.
Fiel es esta palabra y digna de toda aceptación: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.
No obstante, por esta razón recibí misericordia, para que Cristo Jesús mostrase en mí, el primero, toda su clemencia para ejemplo de los que habían de creer en él para vida eterna.
Por tanto, al Rey de los siglos, al inmortal, invisible y único Dios, sean la honra y la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Este mandamiento te encargo, hijo Timoteo, conforme a las profecías que antes se hicieron acerca de ti, para que milites por ellas la buena milicia
manteniendo la fe y la buena conciencia, la cual algunos desecharon y naufragaron en cuanto a la fe.
Entre estos están Himeneo y Alejandro, a quienes he entregado a Satanás para que aprendan a no blasfemar.