Explicación, estudio y comentario bíblico de 1 Timoteo 3:2-8 verso por verso
Entonces es necesario que el obispo sea de conducta intachable, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospitalario, apto para enseñar
no dado al vino, no violento sino amable, no contencioso ni amante del dinero.
Que gobierne bien su casa y tenga a sus hijos en sujeción con toda dignidad.
Porque si alguien no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?
Que no sea un recién convertido para que no se llene de orgullo y caiga en la condenación del diablo.
También debe tener buen testimonio de los de afuera para que no caiga en el reproche y la trampa del diablo.
Asimismo, los diáconos deben ser dignos de respeto, sin doblez de lengua, no dados a mucho vino ni amantes de ganancias deshonestas