• 2 Corintios 1:4

    quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones. De esta manera, con la consolación con que nosotros mismos somos consolados por Dios, también nosotros podemos consolar a los que están en cualquier tribulación.

  • 2 Corintios 1:5

    Porque de la manera que abundan a favor nuestro las aflicciones de Cristo, así abunda también nuestra consolación por el mismo Cristo.

  • 2 Corintios 1:6

    Pero si somos atribulados, lo es para el consuelo y la salvación de ustedes; o si somos consolados, es para la consolación de ustedes, la cual resulta en que perseveren bajo las mismas aflicciones que también nosotros padecemos.

  • 2 Corintios 1:7

    Y nuestra esperanza con respecto a ustedes es firme, porque sabemos que, así como son compañeros en las aflicciones, lo son también en la consolación.

  • 2 Corintios 1:8

    Porque no queremos que ignoren, hermanos, en cuanto a la tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera, más allá de nuestras fuerzas, hasta perder aun la esperanza de vivir.

  • 2 Corintios 1:9

    Pero ya teníamos en nosotros mismos la sentencia de muerte, para que no confiáramos en nosotros mismos sino en Dios que levanta a los muertos,

  • 2 Corintios 1:10

    quien nos libró y nos libra de tan terrible muerte. Y en él hemos puesto nuestra esperanza de que aun nos librará,

  • 2 Corintios 1:11

    porque ustedes también están cooperando a nuestro favor con ruegos, a fin de que el don que se nos concedió sea para que muchas personas den gracias a nuestro favor.

  • 2 Corintios 1:12

    Porque nuestro motivo de gloria es este: el testimonio de nuestra conciencia de que nos hemos conducido en el mundo (y especialmente ante ustedes), con sencillez y la sinceridad que proviene de Dios, y no en sabiduría humana sino en la gracia de Dios.

  • 2 Corintios 1:13

    Porque no les escribimos otras cosas que las que leen y también comprenden; y espero que hasta el fin las comprenderán,

  • 2 Corintios 1:14

    como también en parte nos han comprendido, que somos su motivo de gloria, así como también ustedes lo serán para nosotros en el día de nuestro Señor Jesús.

  • 2 Corintios 1:15

    Con esta confianza quise ir antes a ustedes para que tuvieran una segunda gracia,

  • 2 Corintios 1:16

    y pasar de ustedes a Macedonia; y volver otra vez de Macedonia a ustedes para ser encaminado por ustedes a Judea.

  • 2 Corintios 1:17

    Siendo ese mi deseo, ¿acaso usé de ligereza? ¿O será que lo que quiero hacer lo quiero según la carne; de manera que en mí haya un “sí, sí” y un “no, no”?

  • 2 Corintios 1:18

    Pero Dios es fiel: Nuestra palabra para ustedes no es “sí y no”.

  • 2 Corintios 1:19

    Porque Jesucristo, el Hijo de Dios, que ha sido predicado entre ustedes por nosotros (por mí, por Silas y por Timoteo), no fue “sí y no”; más bien, fue “sí” en él.

  • 2 Corintios 1:20

    Porque todas las promesas de Dios son en él “sí” y, por tanto, también por medio de él decimos “amén” a Dios, para su gloria por medio nuestro.

  • 2 Corintios 1:21

    Y Dios es el que nos confirma con ustedes en Cristo y el que nos ungió;

  • 2 Corintios 1:22

    es también quien nos ha sellado y ha puesto como garantía al Espíritu en nuestros corazones.

  • 2 Corintios 1:23

    Pero yo invoco a Dios por testigo sobre mi alma, que es por consideración a ustedes que no he pasado todavía a Corinto.

  • 2 Corintios 1:24

    Porque no nos estamos enseñoreando de la fe de ustedes. Más bien, somos colaboradores para su gozo, porque por la fe están firmes.

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