• 2 Corintios 3:1

    ¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O acaso tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para ustedes, o de ustedes?

  • 2 Corintios 3:2

    Ustedes son nuestra carta, escrita en nuestro corazón, conocida y leída por todos los hombres.

  • 2 Corintios 3:3

    Es evidente que ustedes son carta de Cristo, expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en las tablas de corazones humanos.

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