Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Corintios 3:6-14 verso por verso
Él mismo nos capacitó como ministros del nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu. Porque la letra mata, pero el Espíritu vivifica.
Y si el ministerio de muerte, grabado con letras sobre piedras, vino con gloria — tanto que los hijos de Israel no podían fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual se había de desvanecer — ,
¡cómo no será con mayor gloria el ministerio del Espíritu!
Porque si el ministerio de condenación era con gloria, ¡cuánto más abunda en gloria el ministerio de justificación!
Pues lo que había sido glorioso no es glorioso en comparación con esta excelente gloria.
Porque si lo que se desvanecía era por medio de gloria, ¡cuánto más excede en gloria lo que permanece!
Así que, teniendo tal esperanza, actuamos con mucha confianza;
no como Moisés, quien ponía un velo sobre su cara para que los hijos de Israel no se fijaran en el fin de lo que se estaba desvaneciendo.
Sin embargo, sus mentes fueron endurecidas; pues hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, el mismo velo sigue puesto, porque solo en Cristo es quitado.