Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Crónicas 10:6-15 verso por verso
Entonces el rey Roboam consultó a los ancianos que habían servido a su padre Salomón, cuando aún vivía, y les preguntó: — ¿Cómo aconsejan ustedes que yo responda a este pueblo?
Y ellos le respondieron diciendo: — Si tratas bien a este pueblo, y los aceptas y les hablas buenas palabras, ellos serán tus siervos para siempre.
Pero él dejó de lado el consejo que le habían dado los ancianos, y consultó a los jóvenes que se habían criado con él y que estaban a su servicio.
Les preguntó: — ¿Qué aconsejan ustedes que respondamos a este pueblo que me ha hablado diciendo: “Alivia el yugo que tu padre puso sobre nosotros”?
Entonces los jóvenes que se habían criado con él le contestaron diciendo: — Así responderás al pueblo que ha hablado contigo, diciendo: “Tu padre hizo pesado nuestro yugo; pero tú, hazlo más liviano sobre nosotros”; así les dirás: “Mi dedo meñique es más grueso que los lomos de mi padre.
Ahora bien, mi padre cargó sobre ustedes un pesado yugo; pero yo añadiré a su yugo. Mi padre los castigó con látigos; pero yo, con escorpiones”.
Al tercer día vino Jeroboam con todo el pueblo a Roboam, como el rey había hablado diciendo: “Vuelvan a mí al tercer día”.
Entonces el rey les respondió con dureza. El rey Roboam dejó de lado el consejo de los ancianos,
y les habló siguiendo el consejo de los jóvenes, diciendo: — Mi padre hizo pesado su yugo, pero yo añadiré a su yugo. Mi padre los castigó con látigos, pero yo, con escorpiones.
El rey no hizo caso del pueblo, porque esto estaba dispuesto de parte de Dios, para que el SEÑOR cumpliera la palabra que había hablado a Jeroboam hijo de Nabat, por medio de Ajías de Silo.