Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Crónicas 13:4-12 verso por verso
Abías se levantó sobre el monte Zemaraim, que está en la región montañosa de Efraín, y dijo: “Óiganme, Jeroboam y todo Israel:
¿No saben ustedes que el SEÑOR Dios de Israel dio a David el reinado sobre Israel para siempre, a él y a sus hijos, mediante un pacto de sal?
Pero Jeroboam hijo de Nabat, servidor de Salomón hijo de David, se levantó y se rebeló contra su señor.
Con él se agruparon hombres ociosos y perversos, que pudieron más que Roboam hijo de Salomón, pues Roboam era joven e inmaduro de corazón, y no se mantuvo fuerte ante ellos.
Y ahora ustedes tratan de resistir al reinado del SEÑOR que está en manos de los hijos de David, porque son muchos y tienen con ustedes los becerros de oro que Jeroboam les hizo como dioses.
¿No han excluido a los sacerdotes del SEÑOR, los hijos de Aarón, y a los levitas, y se han hecho sacerdotes a la manera de los pueblos de otras tierras? Cualquiera que venga a consagrarse con un becerro y siete carneros se convierte en sacerdote de lo que no es Dios.
Pero en cuanto a nosotros, el SEÑOR es nuestro Dios, y no lo hemos abandonado. Los sacerdotes que sirven al SEÑOR son los hijos de Aarón, y los levitas están en la obra.
Ellos ofrecen al SEÑOR los holocaustos cada mañana y cada tarde, queman el incienso aromático, hacen la presentación del pan sobre la mesa limpia y encienden el candelabro de oro con sus lámparas, para que ardan cada noche. Nosotros guardamos la ordenanza del SEÑOR nuestro Dios, pero ustedes lo han abandonado.
He aquí que Dios está con nosotros, a la cabeza, y sus sacerdotes tienen las trompetas de estrépito para tocar contra ustedes. ¡Oh hijos de Israel, no luchen contra el SEÑOR, Dios de sus padres; porque no les irá bien!”.