Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Crónicas 18:12-27 verso por verso
El mensajero que había ido a llamar a Micaías le habló diciendo: — He aquí, las palabras de los profetas unánimemente anuncian el bien al rey. Sea, pues, tu palabra como la de uno de ellos, y anuncia el bien.
Pero Micaías respondió: — ¡Vive el SEÑOR, que lo que mi Dios me diga, eso hablaré! Llegó al rey,
y el rey le preguntó: — Micaías, ¿iremos a la guerra contra Ramot de Galaad, o desistiré? Él respondió: — Suban y triunfen, porque serán entregados en su mano.
El rey le dijo: — ¿Cuántas veces tengo que hacerte jurar que no me digas sino la verdad en el nombre del SEÑOR?
Entonces respondió: — He visto a todo Israel dispersado por los montes como ovejas que no tienen pastor. Y el SEÑOR dijo: “Estos no tienen señor; vuélvase cada uno a su casa en paz”.
Entonces el rey de Israel dijo a Josafat: — ¿No te dije que no profetizaría acerca de mí el bien, sino el mal?
Luego dijo Micaías: — Escuchen, pues, la palabra del SEÑOR: Yo he visto al SEÑOR sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba de pie a su derecha y a su izquierda.
Entonces el SEÑOR preguntó: “¿Quién inducirá a Acab, rey de Israel, para que suba y caiga en Ramot de Galaad?”. Y uno respondía de una manera, y otro respondía de otra manera.
Entonces salió un espíritu, se puso delante del SEÑOR y dijo: “Yo lo induciré”. El SEÑOR le preguntó: “¿De qué manera?”.
Y él respondió: “Saldré y seré espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas”. Y el SEÑOR dijo: “Tú lo inducirás, y también prevalecerás. Sal y hazlo así”.
Ahora pues, he aquí que el SEÑOR ha puesto un espíritu de mentira en la boca de estos tus profetas, porque el SEÑOR ha decretado el mal con respecto a ti.
Entonces se acercó Sedequías hijo de Quenaana y golpeó a Micaías en la mejilla, diciéndole: — ¿Por qué camino se apartó de mí el Espíritu del SEÑOR, para hablarte a ti?
Y Micaías respondió: — ¡He aquí, tú lo verás aquel día, cuando te metas de cuarto en cuarto para esconderte!
Entonces dijo el rey de Israel: — Tomen a Micaías y háganlo volver a Amón, alcalde de la ciudad, y a Joás, hijo del rey.
Y diles: “El rey ha dicho así: ‘Pongan a este en la cárcel y manténganlo con una escasa ración de pan y de agua, hasta que yo vuelva en paz’”.
Y Micaías dijo: — Si logras volver en paz, el SEÑOR no ha hablado por medio de mí. — Y añadió — : ¡Óiganlo, pueblos todos!