Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Crónicas 2:8-16 verso por verso
Envíame también del Líbano madera de cedro, de ciprés y de sándalo; porque yo sé que tus siervos saben cortar los árboles del Líbano. He aquí que mis siervos estarán con los tuyos
para que me preparen mucha madera, porque el templo que voy a edificar ha de ser grande y maravilloso.
He aquí que para tus siervos que cortan y labran la madera, yo doy cuatro millones cuatrocientos mil kilos de trigo para el sustento, cuatro millones cuatrocientos mil kilos de cebada, cuatrocientos cuarenta mil litros de vino y cuatrocientos cuarenta mil litros de aceite.
Hiram, rey de Tiro, respondió con una carta que envió a Salomón: ¡Porque el SEÑOR ama a su pueblo, te ha hecho rey sobre ellos!
E Hiram añadió: ¡Bendito sea el SEÑOR Dios de Israel, que hizo los cielos y la tierra y que dio al rey David un hijo sabio que conoce la cordura y el entendimiento, y que ha de edificar una casa para el SEÑOR y una casa real para sí!
Yo, pues, te envío a Hiram-abi, un hombre hábil y entendido.
Él es hijo de una mujer de las hijas de Dan, y su padre es un hombre de Tiro. Él sabe trabajar en oro, en plata, en bronce, en hierro, en piedra, en madera, en púrpura, en material azul, en lino fino y en carmesí. También sabe hacer todo tipo de tallados y todos los diseños que se le asignen. Él estará con tus expertos y con los de mi señor David, tu padre.
Ahora pues, envíe mi señor a sus siervos el trigo, la cebada, el aceite y el vino que ha prometido.
Nosotros cortaremos en el Líbano toda la madera que necesites, y te la llevaremos por mar en balsas hasta Jope; y tú la subirás a Jerusalén.