Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Crónicas 20:3-12 verso por verso
Josafat tuvo temor, se propuso consultar al SEÑOR e hizo pregonar ayuno en todo Judá.
Se reunieron los de Judá para pedir socorro al SEÑOR, y de todas las ciudades de Judá vinieron para buscar al SEÑOR.
Entonces Josafat se puso de pie ante la congregación de Judá y de Jerusalén, en la casa del SEÑOR, delante del atrio nuevo,
y dijo: “Oh SEÑOR, Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, que gobiernas en todos los reinos de las naciones y que tienes en tu mano fuerza y poder, de modo que nadie te pueda resistir?
¿No fuiste tú, oh Dios nuestro, el que echaste a los habitantes de esta tierra de la presencia de tu pueblo Israel y la diste a la descendencia de tu amigo Abraham para siempre?
Ellos han habitado en ella y han edificado allí un santuario a tu nombre, diciendo:
‘Si el mal viniera sobre nosotros (espada de juicio, peste o hambre), nos presentaremos delante de este templo y delante de ti, porque tu nombre está en este templo. A ti clamaremos en nuestra tribulación, y tú nos escucharás y librarás’.
“Ahora pues, he aquí que los hijos de Amón, los de Moab y los de la región montañosa de Seír (la tierra de los cuales no quisiste que Israel atravesara cuando venía de la tierra de Egipto, por lo que se apartaron de ellos y no los destruyeron);
he aquí que ahora ellos nos pagan viniendo a expulsarnos de la heredad que tú nos has dado en posesión.
Oh Dios nuestro, ¿no los juzgarás tú? Porque nosotros no disponemos de fuerzas contra esta multitud tan grande que viene contra nosotros. No sabemos qué hacer, pero en ti ponemos nuestros ojos”.