Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Crónicas 32:22-29 verso por verso
Así libró el SEÑOR a Ezequías y a los habitantes de Jerusalén de mano de Senaquerib, rey de Asiria, y de mano de todos. Y les dio reposo en derredor.
Muchos traían a Jerusalén ofrendas para el SEÑOR, y preciosos regalos para Ezequías, rey de Judá. Y después de esto fue engrandecido ante todas las naciones.
En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte y oró al SEÑOR. Él le respondió y le dio una señal milagrosa.
Pero Ezequías no correspondió al bien que le había sido hecho; antes bien, se enalteció su corazón, y el furor de Dios vino contra él, contra Judá y contra Jerusalén.
Pero después que se enalteció su corazón, Ezequías se humilló, junto con los habitantes de Jerusalén; y el furor del SEÑOR dejó de venir sobre ellos en los días de Ezequías.
Ezequías tuvo muchísimas riquezas y gloria. Adquirió tesoros de plata y oro, piedras preciosas, especias aromáticas, escudos y toda clase de objetos valiosos.
También tuvo depósitos para los productos del grano, del vino nuevo y del aceite, establos para toda clase de ganado y rediles para los rebaños.
Adquirió ciudades, rebaños de ovejas y vacas en gran abundancia, porque Dios le dio muchísimas posesiones.