• 2 Crónicas 33:3

    Volvió a edificar los lugares altos que su padre Ezequías había destruido. Erigió altares a los Baales, hizo árboles rituales de Asera, y se postró ante todo el ejército de los cielos y les rindió culto.

  • 2 Crónicas 33:4

    También edificó altares en la casa del SEÑOR, de la cual el SEÑOR había dicho: “En Jerusalén estará mi nombre para siempre”.

  • 2 Crónicas 33:5

    Edificó altares a todo el ejército de los cielos en los dos atrios de la casa del SEÑOR.

  • 2 Crónicas 33:6

    Hizo pasar por fuego a sus hijos en el valle de Ben-hinom; practicó la magia, la adivinación y la hechicería; evocó a los muertos y practicó el espiritismo. Abundó en hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR, provocándolo a ira.

  • 2 Crónicas 33:7

    La imagen tallada del ídolo que había hecho, él la puso en la casa de Dios, de la cual Dios había dicho a David y a su hijo Salomón: “En esta casa y en Jerusalén, que he elegido entre todas las tribus de Israel, pondré mi nombre para siempre.

  • 2 Crónicas 33:8

    No volveré a quitar los pies de Israel de la tierra que yo he establecido para sus padres, con tal de que procuren hacer todas las cosas que les he mandado: toda la ley, los estatutos y los decretos, dados por medio de Moisés”.

  • 2 Crónicas 33:9

    Manasés hizo que Judá y los habitantes de Jerusalén se desviaran; e hicieron lo malo, más que las naciones que el SEÑOR había destruido ante los hijos de Israel.

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