• 2 Crónicas 34:19

    Y sucedió que cuando el rey escuchó las palabras de la Ley, rasgó sus vestiduras.

  • 2 Crónicas 34:20

    Luego el rey mandó a Hilquías, a Ajicam hijo de Safán, a Abdón hijo de Micaías, al escriba Safán y a Asaías el siervo del rey, diciendo:

  • 2 Crónicas 34:21

    — Vayan y consulten al SEÑOR por mí y por los sobrevivientes de Israel y de Judá, respecto a las palabras del libro que ha sido hallado. Porque grande es la ira del SEÑOR que ha sido derramada sobre nosotros, por cuanto nuestros padres no guardaron el mandamiento del SEÑOR de hacer conforme a todo lo que está escrito en este libro.

  • 2 Crónicas 34:22

    Entonces Hilquías y los hombres del rey fueron a la profetisa Hulda, esposa de Salum hijo de Ticva, hijo de Jarjas, guarda de las vestiduras, la cual vivía en el Segundo Barrio de Jerusalén; y hablaron con ella de este asunto.

  • 2 Crónicas 34:23

    Y ella les dijo: — Así ha dicho el SEÑOR Dios de Israel: “Digan al hombre que los ha enviado a mí, que así ha dicho el SEÑOR:

  • 2 Crónicas 34:24

    ‘He aquí yo traeré el mal sobre este lugar y sobre sus habitantes, es decir, todas las maldiciones que están escritas en el libro que han leído delante del rey de Judá.

  • 2 Crónicas 34:25

    Porque me han abandonado y han quemado incienso a otros dioses, provocándome a ira con todas las obras de sus manos. Por eso se derramará mi ira sobre este lugar, y no será apagada’”.

  • 2 Crónicas 34:26

    Así dirán al rey de Judá que los ha enviado para consultar al SEÑOR: “Así ha dicho el SEÑOR Dios de Israel con respecto a las palabras que has escuchado:

  • 2 Crónicas 34:27

    ‘Por cuanto tu corazón se ha enternecido y te has humillado delante de Dios, cuando escuchaste sus palabras contra este lugar y contra sus habitantes; por cuanto te humillaste delante de mí y rasgaste tus vestiduras y lloraste en mi presencia, yo también te he escuchado, dice el SEÑOR.

  • 2 Crónicas 34:28

    He aquí que yo te reuniré con tus padres, y serás reunido en tu sepulcro en paz. Tus ojos no verán todo el mal que traeré sobre este lugar y sobre sus habitantes’”. Y ellos dieron la respuesta al rey.

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