Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Crónicas 35:1-9 verso por verso
Josías celebró la Pascua del SEÑOR en Jerusalén. Sacrificaron la víctima de la Pascua el catorce del mes primero,
y él puso a los sacerdotes en sus cargos y los alentó al servicio de la casa del SEÑOR.
Dijo a los levitas que enseñaban a todo Israel y que estaban consagrados al SEÑOR: “Pongan el arca sagrada en el templo que edificó Salomón hijo de David, rey de Israel, para que no tengan que llevarla más sobre los hombros. Ahora servirán al SEÑOR, su Dios, y a su pueblo Israel.
Prepárense según sus casas paternas y por sus grupos, conforme a lo prescrito por David, rey de Israel, y por el documento de su hijo Salomón.
Permanezcan en el santuario según la distribución de las casas paternas de sus hermanos los hijos del pueblo, y del grupo de las casas paternas de los levitas.
Sacrifiquen la víctima de la Pascua, purifíquense y prepárenla para sus hermanos, a fin de que hagan conforme a la palabra del SEÑOR, dada por medio de Moisés”.
Luego el rey Josías dio a los hijos del pueblo para los sacrificios de la Pascua, para todos los que se hallaban presentes, rebaños de corderos y cabritos en número de treinta mil, y tres mil cabezas de ganado vacuno. Esto procedía del patrimonio del rey.
También sus magistrados dieron con liberalidad al pueblo, a los sacerdotes y a los levitas. Hilquías, Zacarías y Yejiel, oficiales de la casa de Dios, dieron a los sacerdotes dos mil seiscientas ovejas y trescientas cabezas de ganado vacuno para los sacrificios de la Pascua.
Y Conanías, Semaías y Natanael, sus hermanos, y Hasabías, Jeiel y Josabad, jefes de los levitas, dieron a los levitas cinco mil ovejas y quinientas cabezas de ganado vacuno para los sacrificios de la Pascua.