Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Crónicas 36:13-20 verso por verso
Asimismo, se rebeló contra el rey Nabucodonosor, quien lo había hecho jurar por Dios. Endureció su cerviz y obstinó su corazón para no volver al SEÑOR Dios de Israel.
También todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, siguiendo todas las abominaciones de las naciones y contaminando la casa del SEÑOR, que él había santificado en Jerusalén.
El SEÑOR, Dios de sus padres, les envió sus mensajeros persistentemente, porque tenía misericordia de su pueblo y de su morada.
Pero ellos se burlaban de los mensajeros de Dios, despreciaban sus palabras y hacían escarnio de sus profetas, hasta que la ira del SEÑOR estalló contra su pueblo, y ya no hubo remedio.
Así trajo contra ellos al rey de los caldeos, quien mató a espada a sus jóvenes en su mismo santuario, sin perdonar la vida de los jóvenes ni de las jóvenes, de los ancianos ni de los débiles. A todos los entregó en su mano.
Asimismo, todos los utensilios de la casa de Dios, grandes y pequeños, los tesoros de la casa del SEÑOR y los tesoros del rey y de sus magistrados, todo lo llevó a Babilonia.
Luego incendiaron la casa de Dios y derribaron la muralla de Jerusalén. Incendiaron todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos.
A los sobrevivientes de la espada, los llevó cautivos a Babilonia, y fueron hechos esclavos del rey y de sus hijos hasta el establecimiento del reino de Persia,