Explicación, estudio y comentario bíblico de 2 Crónicas 8:7-11 verso por verso
A todo el pueblo que había quedado de los heteos, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos (que no eran de Israel,
sino sus descendientes que habían quedado después de ellos en la tierra, a quienes los hijos de Israel no destruyeron), Salomón los sometió a tributo laboral, hasta el día de hoy.
Pero a ninguno de los hijos de Israel sometió a servidumbre para sus obras; porque ellos eran hombres de guerra, jefes de sus comandantes, jefes de sus carros y sus jinetes.
Estos jefes de los oficiales que tenía el rey Salomón eran doscientos cincuenta, los cuales mandaban sobre aquella gente.
Salomón también trasladó a la hija del faraón de la Ciudad de David a la casa que le había edificado, porque dijo: “Ninguna mujer mía ha de vivir en la casa de David, rey de Israel, pues aquellas habitaciones donde ha entrado el arca del SEÑOR son sagradas”.